Hace tiempo que el segundo disco de Ankor vio la luz, pero como no había sido revisado en nuestro blog, mejor tarde que nunca. Ahora que el grupo ha dado por finalizada la etapa de este My Own Angel, este puede ser un momento tan bueno como cualquier otro para analizar este magnífico segundo álbum de los tarraconenses, que llegaba con muchos cambios, y que ha conseguido ponerlos en el punto de mira de muchos, y no solo en España. Ankor son, a día de hoy, una de las promesas más serias y evidentes del panorama del metal español, aunque canten en inglés, cosa que puede venirles bien, desde luego.
Ankor surge en Tarragona a mediados de la pasada década. Durante sus primeros tiempos, como pasa en la mayoría de las bandas, los cambios son constantes. Por suerte, consiguen una estabilidad con la formación, contando con Rosa de la Cruz a las voces, dándole un toque diferente al grupo. Es precisamente la voz de Rosa de la Cruz, junto con la juventud insultante de los miembros del grupo, lo que más llama la atención en el primer trabajo de Ankor, titulado Al Fin Descansar, que ya hacía vislumbrar el virtuosismo y el buen hacer de este combo catalán. Aquel primer disco sirvió para darse a conocer y hacer conciertos por Cataluña y otras zonas del país, como Madrid o Sevilla.
Después de Al Fin Descansar, el grupo estaba decidido a dar un nuevo paso adelante en su carrera con su segundo larga duración, con el principal cambio en el tema del idioma. Ankor decidió acoger el inglés para tener la posibilidad de ser conocidos más allá de nuestras fronteras. Arriesgada decisión, sin duda, pero que a la postre se ha comprobado que ha sido muy acertada. No solo no han perdido a la legión de fans españoles que les apoyan a muerte, sino que además han llamado la atención fuera de nuestras fronteras. Algo a lo que ha ayudado, y mucho, la colaboración con el grupo del director Patrick Ulleaus, uno de los directores de videoclips más prestigiosas de Europa. Los tres vídeos que Ankor han grabado con Ulleaus han sido la mejor carta de presentación posible para los metaleros de toda Europa, como banda emergente, original y con estilo.
Centrándonos ya en lo que es el disco, My Own Angel nos trae diez nuevos temas en los que la melodiosa y personal voz de Rosa es la absoluta protagonista. Los que habíamos escuchado su anterior disco pensábamos que sobraban canciones instrumentales, ya que había cuatro en total en el CD. Sin embargo, los chicos de Ankor han aprendido la lección, y ahora han colocado a Rosa, su principal valor distintivo, al frente en todas y cada una de las canciones. El resultado es más que satisfactorio. La vocalista ha sabido no solo superarse a si misma, sumando nuevos registros a su tesitura, sino también dominar un idioma totalmente nuevo, de una forma muy notable. Casi se podría decir que el cambio de idioma ha venido bien al grupo, aunque a un servidor, personalmente, sus temas en español también le encantan.
My Own Angel comienza con el trallazo de Remaining, un tema que bien puede resumir el sonido de la banda, la fiereza de las guitarras y la voz de Julio junto con la preciosa voz de Rosa, que te llama la atención desde el primer momento. Un estribillo ultrapegadizo hace el resto para conseguir que la canción se te quede pegada a la cabeza. Remaining rebosa dinamismo, vitalidad, caña y fuerza. El sonido es claro y potente, se nota que el grupo también ha ganado en producción, suena totalmente europeo, como todo el disco.
httpv://youtu.be/Ni7ze-Yif6k
Completely Frozen es el segundo tema del disco, y también elegido como segundo single del mismo, con videoclip incluido. Sigue más o menos la misma línea que Remaining, aunque algo más duro, con Rosa haciendo gala de unos registros más agresivos, sin perder ese punto especial en su voz. El conjunto suena tremendo, pero llama la atención la pegada de la batería de Jordi, muy presente durante todo el disco, así como los coros de David en las voces limpias y de Julio en las voces guturales.
It Would Be Easier viene a cambiar un poco el paso a lo que estábamos escuchando hasta ahora, es un tema diferente, rodeado de cierta melancolía, donde los teclados ganan protagonismo. La preciosa letra se engrandece en la voz de Rosa y también en la de David, que aquí tiene un fragmento como voz principal, haciéndolo realmente bien. Un tema mucho más melódico, que muestra la parte más sensible del grupo, sin olvidar la caña.
El siguiente corte es Awaiting Your Awakeining, donde la banda retoma la tralla pura y dura. Una canción donde la melodía fluye entre el caos provocado por las guitarras rugientes. Tema frenético que tal vez no llegue al nivel de los anteriores, al ser más complejo, no entra tan fácil. Aún así destaca por su espectacular final, lleno de virtuosismo por parte de todos los músicos.
No Matter What comienza con la voz de Rosa en unos tomas que emanan positivismo, y con Rubio sacando lo mejor a sus teclados. Por cierto, un gran trabajo del teclista, defendiéndose de maravilla tanto en los arreglos más orquestales como en los solos. El interludio al más puro estilo black metal trastoca mucho a todo el que espere un desarrollo «normal» del tema, pero no hace más que confirmar las dispares influencias que tienen estos jóvenes tarraconenses, que no quieren cerrarse a un estilo.
My Own Angel es el tema que pone nombre al disco, y también el más tranquilo, la balada. Ya en su primer disco tenían un tema muy parecido, también el que daba título a todo el disco. Aquí la balada evoluciona más y se engrandece con toda la banda, consiguiendo un tema muy personal y tremendamente emotivo, también por la historia que cuenta, que sucedió realmente dentro del círculo de la banda.
Después de la calma vuelve la tempestad con Pride, personalmente uno de los mejores temas de todo el disco. Frenético, rabioso, potente, melódico… Un ejemplo perfecto de todo lo que significa Ankor. Es el típico tema que funciona genial en directo, porque no puedes parar de cabecear mientras lo escuchas. Todo eso, unido a una melodía genial lo convierten en uno de los mejore temas de Ankor, sin duda. De seguir por este camino, facturando este tipo de temas, Ankor tiene un futuro brillante en la escena metalcore europea, aunque tampoco se puede restringir lo que hacen a ese género. Ankor van mucho más allá, y el disco no hace más que corroborarlo.
Reborn sigue en la línea de Pride. Riffs muy crujientes y poderosos, y la voz de Rosa comandando la nave, volviéndose dura por momentos. Un tema algo más progresivo que los demás, por los continuos cambios de rimo, también muy apropiado para el directo, por ese interludio realmente crudo. Una vez más, Rubio destaca con un solo breve pero intenso, al igual que David.
Against The Ground recuerda por momentos a los temas de su primer trabajo. Podría ser uno de esos temas «puente» que unen ambos discos. Tal vez se haga un poco más pesado que los anteriores, por el propio desarrollo del mismo. Aún así, el grupo raya a buen nivel. Eso sí, tal vez el tema necesite un poco de la frescura que tienen otros como Pride o Remaining para estar a esa altura.
Starting Over es otro tema diferente, que podría ser de cualquier grupo alemán de Power Metal si lo escuchamos fuera del contexto del disco. El inicio engaña, ya que en cuanto entra la voz de Rosa, la canción se vuelve más progresiva y melódica, siguiendo un poco la línea de todo el álbum. Un tema que viene bien para terminar por todo lo alto, y que te deja un buen regusto del disco en general. La escucha del mismo se hace amena y divertida, sorprendente por momentos, con algunos fragmentos realmente atrevidos y virtuosos, propios solo de grandes músicos como son estos chicos.
Tiene calidad, tienen juventud, tienen buena presencia en el escenario, temas pegadizos y originales y todo un futuro espléndido por delante. Con un poco de suerte, escucharemos hablar mucho de Ankor en los próximos años.