Tras 35 años de carrera musical, 11 discos de estudios y miles de conciertos a sus espaldas, Los Suaves se despiden de los escenarios con una gira única y especial que no deja indiferente a nadie, como pudimos ver en su último concierto en Oviedo.
23:45. ¡Suaaaves! ¡Suaaaves! ¡Suaaaves!, así recibía el público asturiano a la banda gallega el pasado 11 de septiembre en el recinto de la Ería mientras sonaban los primeros acordes de ¨Preparados para el Rock and Roll¨ al tiempo que se escuchaba la voz de Yosi, grave y lejana, pronunciar unos sonidos similares a ¨mm..mm..mm..¨ que lograrían llamar, aun más, la atención de los seguidores. Sin embargo, no fue hasta su aparición encima del escenario cuando comenzó a llover cerveza y una voz conjunta que ayudaba al cantante con la letra de cada canción, lo que el vocalista, más de una vez, agradecía.
Sin descanso y con una acústica perfecta, sonaron los clásicos de ¨Cuando los sueños se van¨ y ¨Palabras para Julia¨ cerrando la primera entrega con ¨Maldita sea mi suerte¨, que dio paso para que el protagonista de Los Suaves saludara, como siempre, a su especial manera, a la ciudad ovetense. Un arranque de lo más poderoso para lo que sería una gran noche entre ¨amigos¨. Así es como el maestro Yosi presentó a cada uno de sus invitados que le acompañarían en su despedida de Asturias.
El primero de ellos fue El Drogas, ex cantante y bajista de Barricada, que cantó ¨Por una vez en la vida¨, y, aunque obviamente no es la voz de Yosi, la bordó dándole un toque de personalidad y consiguiendo unos aplausos que no dejaron de sonar puesto que segundos después se escuchaba la intro de ¨No puedo dejar el rock¨, una frase que podría escucharse en toda la ciudad cada vez que sonaba el estribillo.
El punto más melancólico de la noche llegaba con ¨Viajando al fin de la noche¨ donde el público asturiano, a sabiendas de que aun faltaba noche para viajar, recordó que estaba viviendo las últimas horas de Los Suaves. Y claro que no faltó el homenaje al cantante desaparecido de Thin Lizzy, ¨¿Sabes? Phill Lynnot murió¨, también conocida como ¨Lynnot¨.
A continuación fue el turno para Sherpa que, a pesar de ser con el que más complicidad ha mostrado el vocalista de Los Suaves, quizá por la edad o por el tiempo compartido, el cantante de Barón Rojo cantando ¨Si Pudiera¨ ocasionó el descontento de gran parte del público ya que, por una parte, apenas se le oía, y por otra, no acertó a pronunciar dos frases seguidas sin confundirse, y eso que estaba leyendo la letra.
Pero la Marea Suave volvió arriba otra vez con la presencia de Kutxi que puso voz a ¨Malas noticias¨ y encajó a la perfección para cantar con el grupo. No obstante, no fue la única vez que el cantante de Marea salió al escenario, y es que después de ¨Pardao¨, ¨San Francisco Express¨ y ¨Dulce castigo¨, esta última con la, para mí, sorprendente colaboración de Carlos Escobedo, cantante y bajista de Sober, Kutxi volvió para cantar una de las canciones que definen a todo rockero, ¨Mi casa¨.
No faltaron las locuras guitarreras con Alberto y Fernando regalándonos esos magníficos solos que suenan en cada tema, aunque quizá si se haya echado en falta algún tema como ¨Lisa¨.
Sin duda, uno de los mejores momentos de la noche fue el acompañamiento de la gaita en ¨El afilador¨ con el cantante de Dixebra, seguida de la famosa ¨niña de azul¨ (¨Dolores se llamaba Lola¨) en la que seis fans subieron al escenario para cantar el tema, y donde Yosi hizo de las suyas haciendo creer que el concierto había tocado a su fin. Claro estaba que aun faltaban varias canciones que no podría dejar como ¨Esta vida me va a matar¨ o ¨Siempre igual¨, que sirvió para que todos los invitados subieran al escenario y, de nuevo, seducir a las cerca de 7.000 personas. Un final apoteósico que, tras la presentación de todos los miembros del grupo, la música terminaba en Asturias, al menos por el momento.
Gracias por vuestra música, cada canción, cada letra. Gracias por vuestros conciertos, tan cercanos. Gracias por enseñarnos algo más que Rock and Roll. Gracias por los buenos momentos, que no fueron pocos. Gracias por ser como sois, especialmente a Yosi, siempre por encima de sus excesos permitidos aunque por debajo de los límites que sellan sus pesares.
¡SIEMPRE SUAVES!