En estos tiempos en los que parece que todo lo vintage está de moda, y no solo en cuestión de ropa, sino también de música, parece que géneros como el blues o el hard rock más clásico están viviendo una segunda época dorada, sin llegar a las cotas de popularidad de su mejor época, pero si obteniendo una atención más que merecida por parte del pública y la crítica especializada. Parece que la con Internet la música también se ha democratizado, y no es necesario acudir a la tienda de discos más lejana para escuchar el sonido añejo de un buen vinilo de blues.
Y no, no estamos hablando de viejos discos con décadas a sus espaldas, sino de nuevos lanzamientos de grupos que han retomado esa senda, tomando como referencia a los bluesman más clásicos y poniendo un poco de aquí y allá en sus canciones, como ocurre con los vigueses Dixie Town. Se puede hacer blues en el siglo XXI, con sabor añejo, y ellos lo demuestran, pero no esperes encontrar un disco como los de los cincuenta o sesenta, porque ha pasado ya más de medio siglo, y el estilo ha mutado. Cada banda lo exprime a su manera, y desde luego, Dixie Town sabe cómo hacerlo para enganchar a cualquiera que les de una escucha.
Dixie Town han lanzado hace poco su nuevo disco, O Furacán, donde dan rienda suelta a su creatividad pasando ya de versiones y afianzándose como una de las realidades más sorprendentes de su estilo en nuestro país. Grabado en Gandía bajo la supervisión de Pepe Gomar, O Furacán ha sido producido por el estadounidense Mike Mariconda, y está grabado totalmente por medios analógicos, buscando el grupo ese sabor y ese color en el sonido tan característico de los discos que tienen como referencia.
El disco comienza con The Pills, con un sonido realmente bonito, expresivo y cálido. Acostumbrados a la sobreproducción, a la utilización de cientos de aparatos digitales para que el disco suene “perfecto”, escuchar este disco, con sus virtudes y sus defectos, es como retrotraerse a una época en la que el sonido no era tan importante como las canciones. Y esta The Pills ya nos muestra todo lo que pueden dar de sí estos Dixie Town, con unos riffs muy pegadizos y con un saber indudablemente añejo. Sin muchas florituras, el grupo te muestra que lo que vas a escuchar es puro blues rock hecho por un power trio al que le encanta captar la expresividad del directo. Por eso todo está grabado tal y como se toca, sin trucos de ningún tipo.
The Place I Call Home vuelve a mostrarnos a un grupo con una esencia blues rock complicada de ver en estos días. Sin duda, uno de los temas con más gancho del disco, que seguro será uno de los favoritos del público en el directo. La distorsión en la voz le da ese toque tan característico que siempre hemos escuchado en otros discos de décadas anteriores, y que los vigueses han sabido captar para sí estupendamente.
Hill County Breakdwon acelera un poco la velocidad para mostrarnos la vertiente más roquera del grupo hasta el momento. Un sonido de bajo espectacular que nos lleva a través de la canción, muy bien conseguido. Los instrumentos empastan a la perfección, y casi podemos ver a los tres miembros del grupo grabar la canción tocando en directo. Los cambios de tempo ya empiezan a ser marca de la casa en estos temas, y el uso del wah en la guitarra parece un guiño a la psicodelia de la que no están muy alejados, ni mucho menos.
Doublecrossed nos muestra un potente riff ya desde el inicio, en otro de los temas más rápids y roqueros de la banda. Serán cosas mías, o influencias evidentes, pero la canción casi me recuerda a alguna de los primeros discos de Motorhead, con menos revoluciones, evidentemente, aunque estoy seguro de que, pese a estar en estilos alejados, hay influencias comunes entre los británicos y los vigueses.
Un poderoso bajo es la base indiscutible de Future Blues, con toques más modernos, aunque sin alejarse de su estilo. Una producción a la altura hace que pensemos que el disco ha llegado directamente desde hace cuarenta años atrás. Sin duda el grupo ha acertado al grabar en Gandía junto a Pepe Gorman, que ha sabido darles ese sonido que ellos seguramente buscarían.
A Life, A Lie es un blues rock de toda la vida, con una estructura ya muy vista, pero que con las melodías de estos chicos suena casi a nuevo. Y si no a nueva, a antigua pero con encanto. Los amantes del buen blues rock tendrán en este tema uno de sus favoritos, seguro, porque muestra la vertiente más bluesera de la banda, con un solo desatado que por momentos parece improvisado.
En la misma línea sigue O Furacán, el tema que da título al disco y que, a pesar del propio título, no está en gallego sino en inglés. De nuevo nos encontraremos con esos cambios de ritmo tan propios de la banda en un tema realmente bueno, con una primera parte cantada y una segunda casi totalmente instrumental, para deleitarnos con el estupendo sonido de los instrumentos de estos tres vigueses que parecen sacados de otro tiempo.
El siguiente corte en sonar es Every Father´s Son, con un sabor más bluesero y sureño que los anteriores. Eso también se nota en la voz y en la melodía de la canción, con un estribillo hermoso y evocador.
Troublemaker ya nos avisa desde su título de su actitud, con la guitarra con más distorsión que en el resto del disco, el tema tiene muy buenos detallitos de rock incluso fantaseando con el funk por momentos. Un tema más “agresivo” que también viene muy bien para enseñar la faceta más dura del grupo. Y lo más curioso es que no deja de sonar a ellos en ningún momento, algo que también tiene mucho mérito.
httpv://youtu.be/m7yyP2fYtWQ
Worth More Than The Money engaña con su riff, que se presenta insinuante, y luego se vuelve más sosegado, con una batería más pausada, y un sonido de bajo embriagador. Un tema simple, pero con encanto, como casi todos los de este disco.
Gorilla nos muestra la faceta más macarra y “juguetona” de Dixie Town, en un tema con mucho ritmo, volviendo a juguetear con el funk por momentos en este maravilloso homenaje a Magilla Gorilla (uno de mis dibujos favoritos, para que negarlo). Será por esto último que el tema me encanta, y supone un buen contrapunto a la canción anterior, totalmente diferente. Eso es también otro de los grandes méritos de este grupo, que es capaz de hacer que canciones muy diferentes vayan juntas y suenen personales.
Letter To My Daugther también suena diferente, mucho más ambiental que otra cosa, al menos al principio. Casi nos podemos sentir en alguna parte del sur de los Estados Unidos, viendo pasar campos sembrados sobre nuestro Cadillac. Sí, parece muy fantasioso, pero si Dixie Town son capaces de transmitirte todo eso es que lo saben hacer muy bien.
El puro blues rock regresa con 364 Days, otro de esos temas con mucho gancho, con una guitarra puramente roquera que se desenvuelve entre riffs y solos, bien acompañada por una batería que marca el constante ritmo del tema con la precisión de un reloj suizo pero a la vez con esa humanidad que tanto nos gusta, y que nos demuestra que hay un músico detrás de los parches, y no una máquina.
Para el último tema Growing In The Vine, el grupo elige un medio tiempo con mucha atmósfera y con la guitarra prácticamente en un constante solo mientras la melodía nos va llevando por una nostalgia de la que cuesta despegarse. Aún así, creo que esta canción es un magnífico broche de oro para todo el disco, un disco que agradará muchísimo a aquellos amantes del blues y el rock más clásico, y que sorprenderá a cualquier que lo escuche, por la calidez de su sonido y la calidad de los temas.
Dixie Town demuestran que se puede hacer muy buen blues rock en el 2013 y desde Vigo. Solo es necesario coger la guitarra, tal vez algún trago de bourbon, y dejar volar la imaginación…