Avalanch comenzó con una gran obra de arte en cada uno de sus discos, que junto con este disco al que llamaron Los poetas han muerto, fue un antes y un después en está banda liderada por Alberto Rionda, siendo este disco el punto de partida de lo que ahora mismo son, una banda altamente catalogada y con muchos fans a sus espaldas.
La salida de Víctor García (Warcry) y Alberto Adines con quienes su andadura quedó con aquel El angel caido, del que sin duda alguna, fue el mejor disco de todos los tiempos con la composición que duró hasta ese disco, con la entrada de la nueva composición nació Los poetas al muertos, una obra de arte literalmente hablando.
Esta claro, que el resto de discos, anteriores a los poetas han muerto, fueron lo que fueron, y quedarán sin duda alguna para el recuerdo y la historia total de la banda.
Está claro, que los cambios fueron buenos, continuando sonando a Avalanch, pero subiendo el orden al que les merece adaptándose a la nueva voz de la banda, con ritmos más variados, menos épicos pero mucho más intimos.
El disco empieza con Lucero, dándonos a entender el cambio en la banda, destinado al más puro amor, con punteos deslizándose con la mezcla de instrumentos hasta la llegada de la voz, con la que conquistaron al más puro estilo Avalanch.
Continuamos con Cien Veces, uno de los temas más cercanos a aquel angel caido, expresa la decepción de quienes avandonaron la banda, o al menos, a mí es como me representa.
Seguiremos con Niño, un tema con la inocencia de un niño plasmando con unos cambios de ritmo excelentes y melodias llamatidas, es sin duda, un homenaje a ellos mismos.
Con Jamás, volvian a rozar el más puro estilo de la banda, es sin duda alguna, volviendo una vez más a recordar la anterior formación pero sin duda alguna, recibiendo un plus de personalidad hacia la nueva, ya que el nuevo vocalista es diferente y simplemente eso, lo sabe utilizar.
Seguimos con Alborada, una declaración de sentimientos pura y dura con la que quitarse el sombrero y aplaudir.
Nada más llegar a la mitad del álbum, nos adentramos en El viejo torréon, con calma eran sus comienzos y continuados con la más pura caña.
Del cielo a la tierra, es una de las primeras canciones que presenta una base potente y con puro protagonismo.
Le damos paso a Madre tierra, caña sin duda alguna, diluye el tema por completo con una personalidad esquisita.
Acabaremos con Ecos de vida, una balada que hacen temblar el final del disco.
No es el disco con más caña de la banda, pero si es sin duda alguna una obra maestra con la nueva formación, siendo el disco con mayor importancia de la banda con sin duda alguna su nueva formación que todavia continuan cosechando grandes éxitos.