Si hay una banda en este país que nunca dejará de sorprendernos, esos son los gaditanos Saurom. De un tiempo a esta parte, especialmente desde la entrada del vocalista Migue Franco, el grupo ha evolucionado más allá de las expectativas de muchos de sus fans, permitiéndose el lujo de lanzar discos muy diferentes entre sí, y todos ellos con una calidad asombrosa. El sexteto repite éxito ahora con su nuevo trabajo, Sueños, que va un poco más allá, siendo un doble CD con 27 temas en los que podemos encontrar prácticamente de todo.
Da igual si te gustan más los Saurom festivos de Juglarmetal, los más serios y sobrios de Maryam o los más positivos y alegres de Vida, en Sueños encontrarás retazos de todas esas referencias, junto con otros nuevos toques que le dan una perspectiva novedosa al grupo. Parece que estos chicos no paran de innovar y siempre apuestan por hacer algo diferente, algo distinto. A muchos se les caería todo el equipo con esa filosofía, que bien podría suponer el fin de cualquier banda dejando atrás sus fans más primigenios, pero lo que hace Saurom es recoger cada vez a más y más entusiastas, disco a disco, ganándose a un público cada vez más amplio.
El primer disco de Sueños, titulado genéricamente Caricias del Alma, comienza con una hermosa intro celta, con la dulce voz de una niña haciéndonos entrar en ese mundo de los sueños, y el sonido de la uilean pipe (gaita irlandesa), que nos mete en ambiente al instante. La introducción sirve de preludio perfecto para Paz, que fue el primer single de este disco, lanzado hace ya varios meses, y ya daba buena cuenta del sonido que Saurom pretendía llevar en Sueños. Si perder un ápice de potencia, los arreglos celtas suenan más brillantes que nunca. La melodía, en voz de Migue, viaja por unos hermosos tonos, desembocando en un coreable estribillo enaltecido por los whistles. Una letra comprometido y hermosa, que cualquiera podría hacer suya.
El Carnaval del Diablo comienza con esos coros “cerveciles” al estilo Korpiklanni que tan de moda se están poniendo en el folk metal últimamente. Es un tema tremendamente heavy, con una melodía hermosa y un estribillo espectacular, que sin duda será todo un triunfo en directo. Para una vez que podemos hacer el mal, que mejor que gritarlo a los cuatro vientos junto a Saurom… Con una introducción divertida comienza Músico de Calle, que nos traslada a las vivencias de todos esos juglares modernos que ofrecen su música al público que quiera pararse a escucharles en cualquier rincón del mundo. Canción llena de positivismo, con otro estribillo marca de la casa, que también hará las delicias de todo el público en directo. El toque folk está muy marcado, y es en canciones como estas, con tantísimos arreglos, donde uno nota el espectacular trabajo realizado por el grupo y por Javier Rondán a la hora de grabar este disco. Todo suena pulcro, perfecto, en su sitio, algo que no debe ser nada fácil con tantísimos coros, guitarras, flautas, gaitas… Una auténtica maravilla.
Y pasamos a un tema que ya comienza de una manera mucho más épica, como diciendo “aquí viene caña de la buena”. Unas orquestaciones espectaculares dan paso a La Isla de los Hombres Solos, un auténtico trallazo sonoro en el que las guitarras más duras vuelven a ser protagonistas. Una historia de lucha y represión basada en el libro del mismo título, del costarricense José León Sánchez. Aquí tanto Raúl como Santi pueden explayarse algo más en los solos, demostrando lo que son capaces de hacer. El final en acústico es una verdadera delicia.
Las Caricias del Alma es un pequeño interludio con un profundo sabor medieval, magistralmente interpretado por la hermosa voz de Julia Medina. La tralla regresa con El Elixir, seguramente uno de los mejores temas del álbum, recordando el estilo que el grupo adoptó en Once Romances, potente y una letra desgarradora. La interpretación de Migue lleva el tema a otro nivel. Y después de la tempestad, por supuesto, la calma. El inicio acústico de Dalia nos muestra que el tema no se parecerá a nada de lo que hayamos escuchado antes en este disco. Migue vuelve a superarse a sí mismo, poniendo los pelos de punta con su interpretación. Una hermosa balada que supone un punto de inflexión perfecto para la recta final del primer disco.
Vive es otro de los temas que ya hemos podido escuchar como adelanto, muy en la onda del disco anterior, Vida. Particularmente, esta canción es de las que menos me gustan dentro del álbum. No me acaba de entrar su melodía, y el estribillo me suena demasiado tópico. Sin embargo, seguro que en directo es un tema infalible. Y como uno es más raro que un perro verde, lo que sí que me dejó fascinado es el interludio El Duende de la Ventana, una magistral muestra de virtuosismo por parte de Alberto Domínguez y su flauta de pico.
Llegamos ahora a El Reino de las Hadas, con una introducción etérea con voz femenina que da paso a un tema sabe a Saurom por los cuatro costados. Con un equilibrio perfecto entre melodía y potencia, las guitarras suenan muy cañeras, y el estribillo se engrandece a medio tiempo, el tema desemboca en pura potencia, para luego dar paso a otra delicia acústica, Soñando Contigo, que se vuelve también potente, aunque sin perder ese toque celta en ningún momento. La letra puede parecer algo simple a primera escucha, pero uno acaba disfrutando y contagiándose del entusiasmo de Migue. Al final todos estamos seguros de que, si lo deseamos fuerte, algún día tocaremos esa luna que todos tenemos en el horizonte. Más Allá del Sendero Dorado pone fin, con un outro instrumental también con sones celtas, a este primer disco, y uno corre a colocar el segundo, porque después de esto, a ver qué son capaces de inventar estos seis gaditanos…
Entramos en el segundo CD, titulado La Partitura Secreta, con los sones medievales de otro tema que huele cien por cien a Saurom, El Círculo Juglar. El tema es una mirada a esos primeros discos de los gaditanos, y seguro que encantará a los fans de aquella primera etapa, y a cualquier que lo escuche en directo, porque tiene pinta de convertirse en todo un himno en los conciertos. El segundo tema es Náufrago, un tema que marca una gran diferencia el anterior, puesto que supone un punto más sobrio, con una letra más profunda. Son este tipo de temas los que dan auténtico equilibrio a un disco completísimo.
El Beso nos lleva a esa diatriba que muchos alguna vez hemos pensado: ¿De qué nos arrepentiremos cuando nos llegue la hora de partir al más allá? Narci Lara se explaya a gusto en un medio tiempo espectacular con una melodía hermosa, como viene siendo habitual en los gaditanos, y no falto de potencia. Bella Luna es una hermosa tonada celta, con la voz de Juan Garrido, un interludio precioso que da paso al bello inicio de Pintor de Susurros, donde los sones celtas siguen siendo protagonistas absolutos. Pura delicia en la voz de Migue Franco, en un tema tranquilo y casi acústico, con un estribillo de esos que ponen los pelos de punta.
Las primeras notas de Memorias de un Héroe ya nos hacen esperar un temazo con todas las letras. Y desde luego, el desarrollo no nos decepciona. Tras la breve introducción acústica, este medio tiempo se inicia con los omnipresentes violines y flautas, dándole el protagonismo a la voz de Migue, que aquí vuelve a salirse en un tema que le permite expresar toda la variedad de tonos que guarda en su garganta. Es una delicia dejarte llevar por la voz, ahora susurrante, ahora potente, del cantante de Saurom. Y como buen contrapunto, el sorprendente inicia “cuasi pop-rock” de Por Fin Viernes, un tema absolutamente festivo que también está llamado a ser todo un bombazo en directo. Es curioso escuchar a Saurom en esta tesitura, sin apenas arreglos folk (salvo en el propio estribillo). Tal vez este tipo de temas ayuden al grupo a aumentar aún más su masa de fans, siendo algo más accesible y “comercial”, en el buen sentido de la palabra. Eso sí, el solo de guitarra que no falte.
Llegamos a Sueños Perdidos, tema que ya pudimos escuchar como otro de los adelantos de este nuevo trabajo. Recuerdo que al principio no acababa de cogerle el punto a esta canción, pero entendí que era simplemente porque es de las que entran poco a poco, con las escuchas. Después de darle cuatro o cinco vueltas al disco en estas semanas, al final me sorprendí cantando el estribillo. Y es que otra cosa no, pero estos gaditanos saben cómo crear coros bien pegadizos. Una nueva instrumental nos lleva de nuevo a un mundo medieval y juglaresco. La Partitura Secreta supone ese remanso de paz justo antes de la recta final de este segundo CD.
Y sí, cuando piensas que ahora vendrá otro trallazo, los delicados acordes de Rosa Negra inundan tus oídos. Otra vez más quedas rendido ante el encanto de la voz tan única y exquisita de Migue Franco, capaz de jugar con la intensidad como quiere. En cierto modo, el tema me recuerda a la balada El Príncipe, incluida en su anterior trabajo, o también a Para Siempre, de Maryam. Y cuando Rosa Negra termina, ahora sí, el esperado trallazo, Latinoamérica Juglar. El tema era el ineludible homenaje que los juglares debían a su público latinoamericano, al que conquistaron especialmente el año pasado. Un tema festivo, cañero, que será coreadísimo en la próxima visita del grupo a aquellos países.
El homenaje a Latinoamérica sigue, en parte, con La Mujer Dormida, basada en la leyenda de Popocatepetl y Iztaccihuatl. Centrándonos en el sonido de la canción, Saurom recoge todas esas influencias de sus últimos discos para ofrecernos un auténtico temazo con todas las de la ley. Desde el inicio trepidante al emocionante y enaltecedor estribillo, pasando por el virtuoso solo de guitarra. Los cambios de ritmo hacen que el tema se desarrolle de forma fluida, y encontremos tan diferentes pasajes para cada parte de la historia (algo en lo que los gaditanos ya son expertos, solo basta recordar aquel Monte de las Ánimas).
La hermosa voz de Julia Medina regresa para desearnos a todos Dulces Sueños con una entrañable nana, arropada por la guitarra y el arpa, un broche de oro perfecto para el disco en sí, que sin embargo todavía nos tiene otra sorpresa más. Se trata del bonus track de un tema que ya conocimos hace bastante tiempo, La Musa y el Espíritu. Saurom ha querido convertir aquella trepidante canción en una sentida balada a piano y voz, donde la voz de Migue se erige como protagonista, por última vez en el trabajo. La canción, desprovista de arreglos y ritmos a doble bombo, sigue siendo emocionante, especialmente ese estribillo tan sentido, donde más que escuchar su garganta parece que estamos oyendo directamente el corazón de Migue.
Y así, a piano y voz, se pone fin a este doble trabajo que vuelve a demostrar la grandeza de unos Saurom que poco a poco por fin están consiguiendo la repercusión merecida, no solo en nuestro país, sino allende los mares. Hacer un disco con 27 temas no es fácil. Conseguir que sea un trabajo espectacular, que no sobre nada, que el equilibrio sea absoluto… eso solo pueden hacerlo un grupo de genios.